jueves, 14 de mayo de 2009

Distancia afectiva institucionalizada


Algunas funciones sociales consecuentes a la influenza.

Tras semana y media de inactividad laboral, con la presión de los medios informativos de los cuales evadí tanto como me fue posible, de manera involuntaria comencé a elaborar algunas hipótesis sobre el surgimiento imprevisto -para el común de la población en el que me incluyo- del nuevo tipo de influenza. Me abstuve de escribir nada en ese momento, pues mis ideas al respecto no tienen rigor científico ni tampoco me interesaba formar parte de la histeria colectiva (si es que hubo tal en Jalisco).
Un par de días después, cuando el gobernador de Jalisco decidió posponer las actividades cotidianas normales una semana más, reaccioné como si fuera una noticia esperada; no obstante, estos días extras me permitieron reforzar mis conjeturas y como muchos quizá, comenzar a somatizar la información. Por supuesto, en mi estuche de monerías también poseo la hipocondria, así que comencé a sentirme extrañamente afiebrado y con unos síntomas muy influidos, o influenzados pues.
Independientemente de lo verídico y lo que haya detrás de este virus, mis deducciones influenzadas reforzadas sobre las consecuencias funcionales de la influenza fueron las siguientes:
El manejo de la gente a través de la culpa. El control de otros se consigue haciéndolos sentir culpables por una falta, estrategia ancestral. En este caso, dicha falta sería de higiene: purifíquense, pues están sucios. Este imperativo subliminal puede muy bien anclarse al sentimiento histórico religioso, en el cuál el pecado ensucia, es necesario confesarlo para ser perdonado y además debe cumplirse una penitencia. Me comprobé a mi mismo esta conjetura cuando me sentí enfermo y me dí cuenta que estaba experimentando una gran culpa por desconfiar TANTO de mis políticos y de la Secretaría de Salud, de ser siempre tan quejumbroso de nuestra situación como país.
Este efecto se puede conseguir en un país especialmente católico como México, no se diga en un país cristiano de orígenes puritanos como Estados Unidos de América, donde por cierto el número de casos diagnosticados nos superó.
Promoción de un presidente multirracial. La imagen negativa que se tiene de los mexicanos en el conciente e inconsciente colectivo mundial se ha formado en gran medida gracias a nuestro país vecino, incrementando defectos y exagerando algunos de los que en realidad tenemos, como la injusticia social y la forma en que ésta nos degenera en muchos sentidos como seres humanos. A lo largo de esta contingencia, quizá sea Obama quien más ha apoyado y loado el trabajo de Calderón y las autoridades mexicanas correspondientes, a diferencia de otras ocasiones donde el país vecino se ha distinguido por su pedantería, petulancia e intransigencia. Reforcé esta conjetura al ver las reacciones de otros países ante los mexicanos, en particular, la de China. Ante la víctima, México, la nación verduga, Estados Unidos, resurge con una actitud salvadora.
Justificar la crisis económica. En el contexto de una "crisis" económica mundial y ya que por lo menos desde que yo nací (1980) México ya supervivía en crisis, no hubiera tenido ningún interés novedoso promocionarse políticamente con el antiguo argumento del rescate económico. Reforcé mi conjetura cuando se mencionó la posibilidad de estímulos a restauranteros, al sector turístico, a la industria del entretenimiento, entre otros. Entonces la intención de rescate se vuelve creíble.
Presionar a la población. Tras dos o tres semanas de inactividad anormal, según la entidad federativa, la población habrá pasado por varios estado mentales: el miedo (¿qué está causando esta enfermedad?), la retracción (mejor no salir de casa), el enfado (ya no sé cómo entretenerme), la relajación (son como vacaciones) y la pereza. Con este proceso se facilitará presionar a la gente en sus actividades laborales o académicas, así como manejarse de cierta forma cuando quiera entretenerse, una desesperación consumista y una conveniente;
Distancia afectiva institucionalizada. La manera de demostrarnos cariño o afecto aprecio será evitando el contacto físico afectivo habitual, no saludando ni de mano ni de beso. A través de este tipo de recomendaciones se imponen actitudes, ¡qué mejor manera de dar un paso más al individualismo colectivo! al que no se había terminado de entregar nuestro país, donde aún nos gusta o gustaba la cercanía. Ahora será más fácil sustentar el mensaje implícito "compre afecto (no lo regale virulento), guarde su distancia, proteja su espacio vital". Divide y vencerás.
Francisco Rafael Ruíz Gómez



3 comentarios:

  1. yo tengo otra teoría. los medios jamás informaron sobre la legalización de la marihuana,cocaína y otras drogas. asi desviaron el interés público sobre el tema. supongo que el gobierno toma desiciones de este tipo sin escandalizar a la población.

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  2. Planeado, o no, esta situacion será aprovechada por los dirigentes del país, lo que ahora me hace cuestionarme tu texto es, y de que manera todos los mortales apoliticos -en el sentido de no estar inmersos en la política- asimilaremos este momento? Me gusra tu texto porque no plantea teorias conspiratorias, más bien, observamos el aprovechamiento de nuestro gobierno para mantener el ORDEN SOCIAL.

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  3. Ahora que la crisis se ha destapado todavía más, la influenza queda como un invento más del gobierno para distraernos de algo. Es cierto, hubo un virus circulando, pero las cifras de muertos que dieron, son las mismas que hay en cada hospital todos los días.. por una neumonia atípica, por estar tanto tiempo "encamados".. No se, tengo tantas dudas y cada vez más le pierdo la fe a este país.. Lo único bueno es la distancia institucionalizada, es que no prohíban echarse el taco de ojo en el transporte público.. jaja.. saluditos Rafa!

    Ya hay nuevo post en mi blog.

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