martes, 11 de agosto de 2009

Angélico


Aquí estoy, después de tres meses. Por el momento los dejaré con un texto que escribí hace un lustro (retomado gracias al twittero @Nikarim), con la esperanza de que eventos más recientes se configuren adecuadamente para por fin presentarlos... Aclaro que todo lo narrado enseguida corresponde a un narrador de hace cinco años y que no corresponde con mi actual punto de vista.








I



Como ves, no tengo más remedio que escribir tu vida ante ti, y así lo tienes que comprender. Oscar Wilde




Tenía cuatro o cinco años, según mi memoria actual cuando soñé por primera vez con ángeles. Al que más recuerdo, sin embargo, es sólo uno de ellos, ya que el resto no eran más que un fondo colectivo blanco. Se oía cómo murmuraban entre sí y era como si hablaran de la expectativa de mi legada. Era ese que principalmente recuerdo, el que acababa de abrir la puerta y la cerraba tras de mi mientras me recibía con una gran sonrisa. Yo sentía un placer ansioso y me inquietaba su túnica roja transparente. ¿Era lícito que estuviera entre seres divinos?



Me conflictuaba la supuesta pureza celestial y el querer descubrir el cuerpo imponente a trasluces de éste que se enontraba ahí solamente para mi y que me abanicabasus alas con ternura. Sentí la mirada de los demás y escuché cómo se entonaban ceremoniosamente, pero no pude dejar de obsevar el rostro angular, armónico, perfecto de mi alado. ¡Dios!, precioso contraste del rojo de sus telas y mejillas, del negro de sus ojos y cabellos y del blanco de su piel y de sus alas... Pero me sentí culpable. En un abrir y cerrar de ojos había regresado al 610 de la vecindad de la calle San Uriel. Temí no volver a ver esa corte angelical reunida en honor a mi llegada.



"El lugar donde los ángeles aterrizan" así llamaban al primer bar que visité o así lo nombró Miguel en una ocasión que teníamos plan de salir. No sé por qué se insistía tanto en mezclar la idea de "angel" en el mundo en el que ya había comenzado a adentrarme por una y otra puerta de las más exteriores. Al principio me pareció fascinante, sublime y seductor al mismo tiempo, tal como percibía la música de Era que por aquel entonces se escuchó mucho:



Se me formaba mentalmente un escenario de ángeles cenicientos que preferían la luz de las velas y la del brillo de sus propios ojos y no la luz del día. Hubo incluso un tiempo previo a mi incursión en este mundo en el que me pareció simplemente más interesante concebirme a mi mismo como un futuro vampiro, sabniendome por supuesto sangre fresca. Deseaba que llegara pronto el Lestat que quisiera alimentarse de mi y darme la inmortalidad.



De cualquier manera, considerarme ángel o vampiro dirigiría al mismo punto, la diferencia estribaba en el supuesto origen y en el camino que recorren para encontrarse unos con otros: el vampiro no quiso seguir siendo el angustiado y mortal humano; el ángel, de tan sublime, prefirió caer, para no ser más inalcanzable o asexuado. Así que dejé de preguntarme a qué estirpe pertenecía (como si fuera un hecho que a alguna de las dos) y a tratar de disfrutar con irónica simpleza el sobre-inframundo al que desde un principio, en mi creencia egocentrista, había sido invitado especial. Pero muchas cosas cambiaron.






II



Después debo aprender a ser felíz. Antes sabía serlo o creía saberlo instintivamente. Oscar Wilde




Hice y regalé algunos ángeles de plastilina, para dos o tres de mis amantes, como si al recaer en la cuenta de ser un simple humano, no sublime y sí mortal, quisiera hacer aún latente que sí lo era, que sí podíamos serlo. Casi aseguro que el tiempo no ha perdonado a las esculturitas, como no lo hace conmigo, tal como se fue desplumando mi disfraz de Gabriel de la pastorela de 1985 que uno, dos y hasta tres años después yo quería seguir vistiendo cada vez que pudiera para jugar con mi amigo Beto brincando de una cama a otra y diciendo medio cantando "ahora vengo a tu cielo; ven a mi cielo; mi cielo es más alto que el tuyo; tu cielo es más ancho que el mío; los ángeles pelean en los cielos". Era el juego que yo llamaba "De cielo a cielo", en uno de los cuales Beto, por lo general, terminaba orinado o lastimado y yo con remordimientos.



Los ángeles no me han dejado en paz, no importa cuánto los niegue. Cuando aún vivía en San Uriel, por ellos fue traido Fermín, quien para no variar, llegó para no quedarse. Él me encomendaba a Samuel, pero ni éste, ni el libro que me obsequió con las características de cada ángel y arcángel, ni mucho menos su angelito de hoja te tamal y pelos de elote sirvieron para que se quedara.





III




Las grandes pasiones son para las almas grandes. Y los grandes acontecimientos sólo pueden ser comprendidos por quienes por quienes se hallan asu altura. Oscar Wilde.




Quizá los ángeles existen. Si fuera fuerza creer en uno sería en Rafael. Pero aquellos que creí ángeles o que se creyeron ángeles a sí mismos, buenos o malos, buenos y malos, celestiales, cenicientos, humanos o vampirezcos son sólo hombres con preferencia homosexual que se han ido y me han dejado en la fiesta del cliché y el anticliché, de la moda, de la publicidad, del consumo, del exceso y sobre todo, de estúpidos egocentrismos sin cauce, sin decir jamás una verdadera palabra de claridad. Por el momento, sólo puedo admitir que el angelismo homosexual de alexander Kiev me pareció inteligente y representativo de algunos aspectos de la vida gay, sobre todo en las primeras páginas. No obstante es un regodearse en el mito angelical que tiene por costo entender el tema homosexual con jerarquías y elitismos pseudoespirituales y religiosos.




1 comentario:

  1. Espléndido relato (obvio no me puedo meter con sansón a la patadas en cuanto a narrativa se refiere hoho). ¿Qué puedo decir sino que me parecería estupendo ver en qué ha cambiado tu percepción estos meses como lo mencionas en el post; en parte creo que es lo que has comentado en el blog, en parte prefiero leerlo de ti. Me surge una pregunta de reflexión que espero puedas o podamos contestar en algún momento: ¿Los ángeles mueren a pesar de que no los necesitemos, bajo la premisa de que qué otro propósito dirige su existencia? (me refiero a existencialismo y excluyo las creaciones o distorciones angelicales derivadas de mezcla con otras razas o rebeliones) En fin, un gustazo leerlo sr., saludos.

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